Ya sé que la vida es una herida absurda. Ganas de matar, dos copas de más y una risa curda que no me deja en paz.
jueves, 17 de diciembre de 2009
Mejor sola que con un mamerto
En períodos de debilidad cometemos el error de "jugar a los novios" con el primer idiota que aparece. Este capítulo nace en repudio al conformismo que nos lleva a aguantar mamertos en vez de soportar sabiamente la soledad.
Me das tu mano y después dices hola
con dificultad puedo hablar, mi corazón late igual y nadie puede decirlo, tú crees conocerme bien
pero no me conoces. No, no conoces al que piensa en ti en la noche y anhela besar tus labios, anhela abrazarte fuerte, soy sólo un amigo, eso es todo lo que he sido pues no me conoces. Bueno, nunca conocí el arte de hacer el amor, no, mi corazón sufre enamorado de ti, temeroso y tímido, dejo las oportunidades pasar,
las oportunidades en las que tú podrías amarme también. Me das tu mano y después dices adiós, te veo alejarte al lado del joven afortunado
nunca conocerás, al que te amó, ya que, no me conoces.
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